Extractado del Blog de periodista Juan Franco
Mientras Roberto Meier y Guillermo Morel se habían adelantado a lanzar sus propias listas, el sector socialista liderado por Oscar Pieroni, Fabián Vernetti y la mandamás partidaria Roxana Bellatti, agotó los esfuerzos para moderar la recargada oferta electoral, pero fracasó en el intento de incorporarse a la lista de Díaz Vélez, precipitando fuertes críticas contra la UCR y Meier. Así pues, el Tío, que ya era castigado por sus excesivas complacencias con el gobierno de Freyre, también sufre embestidas por supuestos pactos con los radicales.
Por su parte, Morel, junto con Elisabeth Seret (ARI), no entraron en ninguna negociación contrarreloj, y pronto arrancarán con un discurso que tiene en la mira a Meier y Pieroni. Entre otros ejes, renunciarán públicamente a cualquier reelección y se comprometerán a diseñar equipos de trabajo vinculados a las distintas comisiones legislativas, a través de la contratación de asesores para optimizar la función, cuestionando a los ediles que actúan “por intuición” y se embolsan las dietas, o bien las destinan a la ayuda social.
En tanto, el precandidato de la UCR-PDP, Carlos Díaz Vélez, ya augura un mano a mano con Meier, tal vez fogoneando sutilmente una polarización para absorber adhesiones pieronistas y morelistas que repudian al meierismo. “Es posible que muchos nos usen a nosotros, que somos una opción ganadora, para tumbarlo al Tío”, barruntan en el comité de calle 9 de Julio. Por el contrario, los adversarios internos de Meier confían en un batacazo e insinúan que si contribuyen a la derrota del Tío, no será desviando caudal propio a la UCR, sino captando la mayor cantidad de votantes socialistas.
Más allá de las especulaciones, Meier -aunque a priori es el principal elector del PS- enfrentará una interna riesgosa, porque tiene que ganarle a un radicalismo unido, sin los votos de Pieroni y de Morel (ni los de Moscoso). Si lo consigue, no hay dudas de que será el precandidato a intendente que competiría en 2011 con Lisandro Enrico (salvo que acuerden la Intendencia para uno y la senaduría por General López para otro). También Meier se ganaría el derecho a controlar el aparato partidario, hoy en manos pieronistas. Pero si fracasa en el intento, aun cuando se clasifique segundo en la lista general y luego sea re-reelecto concejal, estará obligado a revisar su actitud indiferente hacia el resto del socialismo. En este sentido, en el Operativo Reconciliación podría ayudarle la incorporación de Manuel Herbas -el número dos en la lista-, un habilidoso estratega -hasta ahora de bajo perfil- que conserva muy buenas relaciones con la militancia pieronista.
De todos modos, con estos antecedentes, es posible que, en las antípodas de la pacífica disputa de 2007 entre Meier y Enrico, un clima beligerante se apodere de la próxima campaña -sobre todo entre los grupos socialistas-, que podría poner en riesgo la concordia del Frente Progresista para enfrentar al peronismo en las elecciones generales. En efecto, de poco serviría que los líderes de las cuatro listas ocupen espacios en el quinteto titular de postulantes binneristas que se presentará en septiembre, si las relaciones entre ellos se deterioran aún más en la antesala de las primarias. Ese mismo resquebrajamiento también podría atentar contra la constitución de la estructura del binnerismo local, una movida indispensable para el objetivo político mediato -en dos años- de desalojar a José Freyre del Sillón de Aufranc. Nada menos.
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