Rescato este artículo, publicado en La Capital de Rosario hace unos días, porque refleja en gran medida mi posición al respecto, como puede leerse en este Blog en post anteriores.
Y porque también muestra que la voluntad no está todavía sincerada.
De todos modos el avance va a redundar en el real acercamiento del Estado a los ciudadanos…
Por la autonomía municipal
Por Carlos Vila (*)
De las declaraciones de los principales exponentes del oficialismo y de la oposición en nuestra provincia de Santa Fe puede deducirse que la autonomía municipal comienza a ocupar un lugar de preponderancia en sendas agendas políticas. Ahora bien, de qué hablamos cuando hablamos de autonomía municipal, sucintamente y haciendo propia la definición de la Unión Iberoamericana de Municipalistas puede sostenerse que es el derecho a participar en los asuntos que naturalmente atañen al municipio y a sus ciudadanos y a definir, cada ente local, su propio destino.
Con la incorporación de la autonomía municipal en la Constitución provincial de 1921 y con la aprobación de las cartas orgánicas de las ciudades de Rosario y de Santa Fe, en este interregno, nuestra provincia se erigió en una verdadera referencia en la materia, esto fue así hasta el año 1935 en que fueron dejadas sin efecto.
Desde el restablecimiento de la democracia, allá por 1983 hasta nuestros días, la autonomía sigue siendo omitida en nuestra vida institucional, ello producto de la ausencia de decisión política en la materia, siendo motivación de ello el juego del cálculo político electoral.
Así, mientras el peronismo gobernó la provincia de Santa Fe no pudo instrumentarse dicho instituto, siendo la argumentación central que para materializar la misma debía reformarse la Constitución.
Por su parte, la oposición de modo sistemático proclamó que mientras se lograban los consensos necesarios para la reforma de la Carta Magna, se podía instrumentar la autonomía para los municipios a partir de la aprobación de dicho instituto por parte de la Legislatura provincial.
Alternancia democrática mediante se invirtieron los roles pero no los argumentos y por ende la incorporación de la autonomía municipal sigue siendo aún una asignatura pendiente.
A fines del año pasado, el gobernador Hermes Binner generó una buena noticia al remitir a la Legislatura un proyecto de ley para consagrar la autonomía municipal en nuestra provincia; no obstante, por estos días, volvimos a foja cero ante el anuncio de legisladores del Partido Socialista de supeditar su tratamiento a la reforma constitucional.
Así, no hemos podido asegurar aún en nuestra provincia la reforma de la Constitución nacional consagrada en 1994 en lo que atañe a la nueva redacción del artículo 123 donde se consagra y sostiene la autonomía municipal; ello, ni por vía de la reforma de la Constitución provincial ni por vía legal.
El radicalismo ha mantenido y mantiene vigente el compromiso inalterable para con el reconocimiento pleno de la autonomía municipal con participación directa de los vecinos, ello con o sin reforma de la Constitución provincial, el impulso de la denominación Ciudad Autónoma de Rosario y la convocatoria a una asamblea estatuyente donde se formule la carta orgánica de la nueva ciudad autónoma.
Para cumplir con estos objetivos se impone: 1) tomar la decisión política de concretar en los hechos las autonomías municipales, lo que significa en una primera etapa a) descentralización y traspaso a municipios de acciones que se realicen a través de convenios, b) modificaciones legislativas que posibiliten mayor coparticipación y que logren los aportes económicos necesarios frente a las transferencias de funciones de la provincia a los municipios; y 2) deberá implementarse el paso definitivo tendiente a lograr la plena autonomía municipal a través de la reforma y modernización estructural del Estado, que requiere, sí, la reforma de la Constitución de la provincia como paso previo.
En la inteligencia de que la autonomía municipal constituye una herramienta estratégica esencial para el desarrollo de los gobiernos locales y fundamentalmente para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos, cabe poner de manifiesto que no son tiempos para el reposo ni para el cálculo político en una materia tan trascendente.
Finalizando, puede decirse que para los radicales sigue siendo una aspiración vivir en plenitud el principio de la autonomía municipal, por ello a casi dieciséis años de la reforma de la Constitución nacional y más de veintiséis años de restablecimiento de la democracia entiendo es tiempo de hacer realidad el anhelado estatus autónomo para los estados municipales de la provincia de Santa Fe.
(*) Convencional provincial de la Unión Cívica Radical